domingo, 6 de septiembre de 2009

III

Hablo incansablemente mientras vos procedes. El ritmo no se me atora ni atormenta a medida que vos vas avanzando con el ejercicio. Vos jadeas y siento un aliento caliente que me sacude el rostro. Pero mis palabras no se alteran, a pesar de que me salta tu cansancio ensima, a pesar de que me clavan tus dos costillas, a pesar de que no entiendo como armo el hilo de mis palabras…. a pesar de que mañana rindo estructura social y estoy algo preocupada por aprenderme lo que queda. El pelo estorba, mi pelo largo estorba, está super largo, como a vos no te gusta. Me tapa la cara, me tapa aasí las expresiones, tanto que ni yo las veo. No cierro el ojo, trato de buscar lo que se supone tengo delante. Algo me clava las manos, me clava las muñecas. Algo me habla al oido y me pasa la lengua. Algo me dice que debo dormirme, como hago siempre, que debo rendirme y tomarme una copa. Que me rezarás desde lejos, que me arroparás. Que soy tu reina, (che la reina ha la omanda) y me pondrás la corona de espinas. Que el culto al amor, es el culto de los enamorados, que yo soy de barro, barro de alfarero y por eso no podes dejar de pasarme las manos por todas mis esquinas, que el barro que tocas está humedo, inmaduro, asustado. Yo no me muevo, solo hablo.

II

Cuando tu vibora me escupio en la boca, me vi obligada a realizar un viaje de introspección personal, parte de esos procesos que uno inicia en la más singular d elas circunstancias. Teníamos entonces, en mi imaginario, dieciocho años los dos. Ambos escuchabamos la homilía y vos tenías un rosario que querías que yo conserve porque a mi se me ocurrió regalarte un pedazo de arbol que a través de la doctrina del interaccionismo simbolico, irira a signioficar mi vida. Esa vez no hubo vibora, ni sacudida, ni estruendo. Yo quise apagar las luces, pero ni los giregos sabían como apagar al sol

Enseñanzas del colegio

Hagamos el amor en los altares
Y celebremos misa en las habitaciones
Alejandro Jodorosky


En medio de la homilía, apareció una vibora. Yo la miré aterrada al principio, luego no tanto. Resultó extraño, porque tiempo antes, es decir, unos minutos o quizas unos segundos atrás, antes en el tiempo, era otro el escenario. La vibora apareció cuando yo me empecé a sentir mal por lo que estabamos haciendo, cuando el proceso ya parecía ir a trancarse y mis piernas no pedaleaban con el ímpetu inicial. Vos tampoco te veías muy animado, parecía que te arrepentiste. Entonces salío la vibora y cambio todo el escenario. Yo no me moví por terror a ese animal. De pronto todo se oscureció, los sueños sin sentido son los peores. Pero volvimos a la realidad. Yo estaba ya otra vez con la cabeza metida entre tus piernas, me acuerdo que hacía mucho calor, como se supone que pasa cuando se está en enero, vos no tenían ventilados y un mosquito inquisidor jugaba al kamikase pa que le matemos. Me acuerdo también que te tragaste todo mi beso, me dejaste sin repertorio mientras te sarandeaba el pelo, además la vibora aparecía cuando me gustabas, me gustabas en la marcante, en ese juego de peso y contrapeso de a dos. Yo te dije un par de cosas en el oido, de cosas que queria que me hagas, pero mi vos no salía, en cambio la vibora si hablaba y me decía que ella no quería, que eso no le gustaba y que escuche la homilía, que estabamos en la misa y que mirara bien de cerca de la cruz. Mirale fuerte mi hija, mirale y prestale atención. Yo ya me preguntaba a esa corta edad como lo que uno le mira fuerte a las cosas. Mirale si que vos y no preguntes nada, mirale y después lavate la boca y labate también ahí abajo y nunca mas digas ni hagas lo que hiciste.
Por eso, cuando la vibora me gritaba para entrar, yo no hice otra cosa mas que mirarle fuerte, a la crizx, durante la homilía, y salirme de tus piernas.

Ejercicio Literario

Me acuerdo de las palabras del silencio, de esas que no se dicen o que no dijimos, pero que sin embargo no las saco de la caja negra del recuerdoMe acuerdo de los pasos y la danza, Me acuerdo de las voces y el aciloDe la tertulia y el exilioMe acuerdo de los naipes y la jugada que siempre se repiteMe acuerdo de la lista de cosas para no olvidarMe acuerdo del vientre desgarrado, el mío primero y el de la tierra despuésMe acuerdo super bien de tus esquinas concupisentesMe acuerdo del portazonMe olvidé de la excusay las reglas de ortografía

sábado, 5 de septiembre de 2009

Aprender

Te quiero salvar de tu desnudez
en pleno centro de la soledad.
Me quiero salvar haciendo revolución
desde tu cuerpo de cristal.
Silvio Rodriguez

En un año se aprende mucho, pensó mientras se pasaba ambas manos por sobre la cara e intentaba a duras penas comerse el bosteso que marcaba la llegada de su cansancio. La jornada d eestudio agotadora se sabría prontamente acabada, de momento en que el batallazo de la cafiaspirina daba su brazo a torser, y ni la magia antropologica de fórmulas verdes y sueños de duende podrían sacarle esa sensación de no dar más, de tener que dejar para mañana, de saberse humana, limitada, de que el mundo tiene demasiadas cosas por decirnos a esta altura y no alcanzaremos a escucharlas todas… a leerlas todas… a verlas todas… a saberlas todas. Parte de saberse humano era directamente proporcional a entender que por cada logro adquirido, la limitacion se compraba un nuevo traje para vestir ante nuestras narices.

Y es ahí cuando entonces…
A las tres de la mañana, un recuerdo no autorizado decide hacer encuentro cercano con lo mas ondo de mi pobre conciente…

Se repetía el ritual. Eso es (al fin lo entiendo) lo que los hacía eternos… el repetirse. Yo te pensaba, y nacía la insetidumbre, como en los cuentos de finales abiertos, en cuanto que una palabra muy parecida a saudaje pero en guarani se me cruzaba por unos segundos, como una bala, como un pajaro que surca el cielo nublado, como las últimas miradas que intercamviamos antes de dejar de vernos. En un año se aprenden muchas cosas, se dejan muchos vicios, también se adquieren otros.

Dejáme leerte, dejáme leerte desde adentro como al libro desnudo que siempre deviste ser. Dejame que te cosa la piel con besos, dejame que te lleve a mi cama por lo menos una vez mba e… a ver si de por ahí… no!!

En un año se deberíoan aprender muchas cosas. Se entiende por aprendizaje, algo parecido a madurez, a superación de conflictos de apellido pretérito,

Te voy a elegir un verso al azar, de los viejos, de los guaradaos en el ropero de la ropa vieja, esa ropa que yo antes me ponía para impresionarte. Te voy a bailar ensima y hasta capaz te arranque algo, las orejas, los ojos-porque a mas de ser mi ex amante y camarada, sos como un ex padre para mi y sería algo a lo Edipo Rey lo mio-Te quiero sacar la decencia que tuviste conmigo, más que nada, aquel encuentro sería un cuerpo a cuerpo, no soñado sino violento… en el fondo te quiero reventar hasta dejarse exhausto, en el piso o contra la pared, en una de esas situaciones catalogadas como de vida o muerte, en donde el más puro maniqueísmo de nuestras monedas repiten las enseñanzas de Platón, de un cielo y un no-cielo. Te quiero contra mi, cuerpo a cuerpo, palma a palmo, paso a pacito, darte parte de mi honestidad oscura cuando vos decidas el momento

Cuando vos lo decidas... cuando vos lo de-cías