sábado, 5 de septiembre de 2009

Aprender

Te quiero salvar de tu desnudez
en pleno centro de la soledad.
Me quiero salvar haciendo revolución
desde tu cuerpo de cristal.
Silvio Rodriguez

En un año se aprende mucho, pensó mientras se pasaba ambas manos por sobre la cara e intentaba a duras penas comerse el bosteso que marcaba la llegada de su cansancio. La jornada d eestudio agotadora se sabría prontamente acabada, de momento en que el batallazo de la cafiaspirina daba su brazo a torser, y ni la magia antropologica de fórmulas verdes y sueños de duende podrían sacarle esa sensación de no dar más, de tener que dejar para mañana, de saberse humana, limitada, de que el mundo tiene demasiadas cosas por decirnos a esta altura y no alcanzaremos a escucharlas todas… a leerlas todas… a verlas todas… a saberlas todas. Parte de saberse humano era directamente proporcional a entender que por cada logro adquirido, la limitacion se compraba un nuevo traje para vestir ante nuestras narices.

Y es ahí cuando entonces…
A las tres de la mañana, un recuerdo no autorizado decide hacer encuentro cercano con lo mas ondo de mi pobre conciente…

Se repetía el ritual. Eso es (al fin lo entiendo) lo que los hacía eternos… el repetirse. Yo te pensaba, y nacía la insetidumbre, como en los cuentos de finales abiertos, en cuanto que una palabra muy parecida a saudaje pero en guarani se me cruzaba por unos segundos, como una bala, como un pajaro que surca el cielo nublado, como las últimas miradas que intercamviamos antes de dejar de vernos. En un año se aprenden muchas cosas, se dejan muchos vicios, también se adquieren otros.

Dejáme leerte, dejáme leerte desde adentro como al libro desnudo que siempre deviste ser. Dejame que te cosa la piel con besos, dejame que te lleve a mi cama por lo menos una vez mba e… a ver si de por ahí… no!!

En un año se deberíoan aprender muchas cosas. Se entiende por aprendizaje, algo parecido a madurez, a superación de conflictos de apellido pretérito,

Te voy a elegir un verso al azar, de los viejos, de los guaradaos en el ropero de la ropa vieja, esa ropa que yo antes me ponía para impresionarte. Te voy a bailar ensima y hasta capaz te arranque algo, las orejas, los ojos-porque a mas de ser mi ex amante y camarada, sos como un ex padre para mi y sería algo a lo Edipo Rey lo mio-Te quiero sacar la decencia que tuviste conmigo, más que nada, aquel encuentro sería un cuerpo a cuerpo, no soñado sino violento… en el fondo te quiero reventar hasta dejarse exhausto, en el piso o contra la pared, en una de esas situaciones catalogadas como de vida o muerte, en donde el más puro maniqueísmo de nuestras monedas repiten las enseñanzas de Platón, de un cielo y un no-cielo. Te quiero contra mi, cuerpo a cuerpo, palma a palmo, paso a pacito, darte parte de mi honestidad oscura cuando vos decidas el momento

Cuando vos lo decidas... cuando vos lo de-cías

1 comentario:

  1. este escrito me parece sui generis...
    como una vez dijo Gabo... "pequeñas delicias de un amor domesticado"

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