lunes, 29 de diciembre de 2008

Cuando

¿Y quien vendrá a buscarme cuando se agoten las instancias? Cuando ya no tenga ruletas a las cuales apostar y las revoluciones se hagan reformas. Caundo las balas del fusil no alcancen a los presos del paredon o las monedas de mi bolso no basten para sus manos. Cuando a papá se le acaben los cuentos o el pelo me deje de crecer. Cuando deje de hacer poesía o abandone toda forma de arte. Cuando el calentamiento global sugestione los límites de Pacha Mama o la soja mate al último de nuestros paisanos. Cuando se acaben los números y las democracias sean perfectas. Cuando los hombres dejen de sentir deseo, mas ese tonto vacío que los hace problemáticos. Cuando los cigarrillos y su ausencia ya no sean una fisura para mis viernes. Cunado tus manos y nuestros viajes dejen de ser fantasmas que interrumpan mis breves descansos entre las sábanas de apatía. Cunado mis lágrimas disueltas y diluidas dejen de fluir por rios invisibles, y sepa al fin concluida, la armadura de guerrera que mis herreros internos forjaron. Cuando las instancias se agoten... me sabré en un viaje sin retorno a ese par de ojos negros que como un espejo grande y oscuro me observa. Y cuando el punto diga que el párrafo se acaba para de ese modo concluir la historia (porque la página en blanco ya perdió la inocencia y se le acaban los cronómetros) me tocará cerrar los ojos como nunca antes lo hice y aferrarme a ese manto de plumas y algodón, en busca de esas veras que siempre me ganan. Las de tu espalda, tus hombros... sobre todo tus palabras. Y ese estarse quietos entre silencios. A ojos cerrados. A ritmo contento

2008, vos ni ahi pero para mi valió

1 comentario:

  1. Escribís tan bonito Paola Ferraro, mientras no te toque cerrar los ojos como nunca antes lo hiciste, incluso después, la gente quiere verlos, no sé si la gente, pero algunos estamos, seguro.

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