miércoles, 21 de enero de 2015

Comunicado V: Agua subterránea



"Huirán al exilio,
el miedo y la soledad
y la muerte perderá
por dos a cero"

Joan Manuel Serrat


Arriba el intrincado sol, abajo, Asterión. Esta extraña mixtura, esta predecible conjunción de cosas que sólo parecen estar una sola vez en el mundo. En medio de todas las anécdotas inventadas y repetidas, los objetos del saber científico y popular, de los tiempos y las generaciones, sólo pueden o solo les está permitido mirarse los rostros en silencio por vez primera y única.
Lo que el autor original no cuenta en su relato, es que los roles se intercambian varias veces durante su único encuentro. A veces el sol llega hasta abajo y Asterion lo contempla bien arriba, con esa extraña y siempre particular sorpresa del que ve a los horizontes y subterráneos iluminarse, hasta el punto de hallar agua subterránea y espesa, oro escondido o fosas profundas. Al sol sólo le toca ver a un toro con cara de hombre, al dueño de la casa laberíntica, a un Asterión extasiado por el súbito roll play.


Sabe bien que ese no es su redentor. Pero la circunstancia toda, lo hace brillar. Es el brillo del momento, tal vez, lo que redime un poco la historia de los astros solitarios y finalmente fríos.

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