jueves, 22 de enero de 2009

Y bueno...

Hay puñales que siempre clavan, esquinas que siempre nos hacen doblarnos sobre nosotros mismos, pasillos que tienen la maldición intrínseca en cada uno de sus ladrillos.

Hay balcones sobre los cuales siempre querremos suicidarnos, cuerdas que siempre serán las nuestras, balas que acostumbraran a errar el blanco para ir a dar de lleno contra las ventanas del vecino y hacer ladrar al perro

Hay lechos sobre los cuales nunca nos daremos del todo, sabanas bajo las que el verbo amor nunca será de raiz regular o donde razón le ninguneará por siempre a la socia concupiscencia.

Hay guerras que no se ganan, heridas de esos puñales que no nos matan en esas muertes para dar de bruces contra esos sueños eternos en los lechos del amante que nos dará ni la hora

Y bueno…

2 comentarios:

  1. Jamás hubiera pensando que somos una manga de inmaduros: con estas cosas que escribís, tan depurada y espontánea al momento en que se encierra en un símbolo grafo-sónico.

    Quién diría... Me gustó mucho. Se parece a algo que yo también escribí creo que ESE mismo día.

    ResponderEliminar
  2. Pero dicen que sucede también sin saber cómo no cuándo, que algo te eriza la piel y te rescata del naufragio, y siempre es viernes, siesta de verano, verbena en la aldea, guirnaldas en mayo, tormentas que apagan el televisor... teléfonos que arden me nombran tu voz, hoy ceno contigo, hoy revolución, reyes que pierden sus coronas, verte entre la multitud, abrazos que encienden auroras en las playas del sur.

    ResponderEliminar